La IA y los dilemas éticos
La ponencia de Juan Ignacio Rouyet comenzó con una idea simple de la película Blade Runner extrapolada a la Inteligencia Artificial . Preguntó al público asistente si creía que él era un replicante. Estos entes generados con biología genética que se confunden con humanos en la película centraron la reflexión. Tras relacionar Blade Runner con la Inteligencia Artificial, comenzó a referirse a los dilemas éticos que tenemos en la actualidad haciendo hincapié en cada uno de ellos:
A día de hoy, dijo Rouyet, hay gran variedad de artículos en los que se afirma que la automatización va a reducir notablemente el rol humano en muchos puestos de trabajo. Este es un hecho probado actualmente «existen máquinas que pueden realizar las tareas de 3 personas en puestos diferentes, reduciendo los costos asociados», dijo. En relación al dilema del impacto de la IA en el comportamiento cotidiano, Juan Ignacio puso dos ejemplos muy claros y concisos. El primero se refería a Alexa, el asistente virtual de Amazon. «¿Qué tiempo va a hacer hoy, Alexa?». «Alexa, pon esta canción». El segundo, el dispositivo de Google, Google Home, con el que pueden tener las mismas funciones. Juan Ignacio aludió al ámbito infantil, demostrando que el cambio de relación de los niños con las máquinas cada vez comienza antes. Los menores solo tienen que pedir al dispositivo cualquier cosa para que éste le responda. El hecho está en el niño no pregunta con un «por favor» o un simple le «gracias» sino: «Alexa, llama a papá»; «Ok Google, pon música».
Otro tema relevante es la neutralidad de los datos, algo muy difícil de conseguir actualmente. Si los datos en los algoritmos son erróneos, la Inteligencia Artificial puede fallar. Esto hace referencia a la estupidez artificial y la falta de neutralidad de la IA. Un claro ejemplo es que los sistemas de IA clasifican fotos en base al aprendizaje inteligente. Sin ir más lejos, Google tuvo que retirar su sistema de clasificación de imágenes porque sus resultados asociaban a personas que estaban en una cocina con mujeres.
Un dilema actual que se mencionó fue: «¿debe un robot comportarse como un humano?». Un ejemplo claro es el caso de Sophia. Sophia es un robot que se encarga de dar conferencias alrededor del mundo que a su vez responde las preguntas del público con coherencia. Gracias a esto Arabia Saudí le concedió la ciudadanía de dicho país.
La medicina y el Proyecto Upnea
Natalia Rodríguez, CEO de Saturno Labs, explicó la actividad de su startup y del proyecto Upnea, una iniciativa relacionada con los pacientes que sufren Apnea de Sueño. “La aplicación de Inteligencia Artificial y del tratamiento de datos cumple con las directrices éticas de la Comisión Europea para una IA éticamente confiable”, explicó la joven directiva. La idea también es «crear un chatbot que grabará las conversaciones entre pacientes y el asistentes, así como entre médicos y pacientes para ayudar y acertar con el diagnóstico final», explicó.
Saturno Labs es un pequeño laboratorio de investigación, que hace apenas un mes ganó el I Concurso de IA con Fines Sociales que organizó el think tank We The Humans; precisamente por su proyecto Upnea. Dicha startup surgió con la idea de juntar una gente joven con 30 hackeadores en el equipo para sacar su máximo potencial. De ahí que ya cuentan con 30 productos en el mercado.
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